Un viaje al corazón de la ganadería brava
El sol calienta con fuerza las colinas sevillanas mientras nuestro todoterreno se adentra en un mar verde salpicado de manchas oscuras que se mueven con parsimonia. Son las reses bravas, protagonistas de un ecosistema único y una tradición cultural arraigada en Andalucía: la ganadería brava. Hoy tenemos la oportunidad de conocer de primera mano cómo se crían estos imponentes animales en la Sierra Norte de Sevilla, un entorno natural privilegiado para su desarrollo.
Invitados a la dehesa: un ecosistema próspero en la ganadería brava
La dehesa es el escenario principal de la vida del toro bravo. Se trata de un ecosistema mediterráneo especial, con una capa arbórea compuesta principalmente por encinas y alcornoques. Pero la dehesa es mucho más que árboles. Es un espacio de gran riqueza ecológica que alberga una gran variedad de fauna, como el águila imperial ibérica, el lince ibérico, el ciervo común y el jabalí. ¿Sabías que la presencia del toro bravo contribuye a mantener este equilibrio ecológico? Su continuo pastoreo evita el crecimiento excesivo de hierbas y arbustos, favoreciendo la diversidad de plantas y animales. Además, dispersan las semillas de las bellotas y otros frutos a su paso, ayudando a la regeneración natural del bosque.
Llegamos a la casa solariega de la ganadería, una construcción típica andaluza que respira historia y tradición. Nos recibe D. Miguel, el ganadero, un hombre curtido por el sol y con la sabiduría que otorgan los años dedicados a este oficio. Su pasión por el toro bravo se refleja en cada palabra que dice. Nos explica que la cría de estos animales es un proceso meticuloso y extensivo que se desarrolla a lo largo de varios años.
De terneros a toros bravos: un proceso de selección natural en la ganadería brava
Las vacas y sementales viven en libertad en la dehesa, alimentándose de pastos naturales y de las preciadas bellotas durante la montanera (periodo otoñal en el que las encinas producen bellotas). Esta alimentación, sumada a una selección rigurosa, dota a los toros de la fuerza, nobleza y bravura necesarias para lidiar en la plaza.
- Miguel nos señala a un grupo de terneros que corretean junto a sus madres. Son puro nervio y energía. Nos cuenta que durante los primeros años de vida se realiza una selección natural. Los terneros más débiles o menos bravos no logran adaptarse al medio y son descartados. Solo los más fuertes y con mejor comportamiento llegan a la edad adulta.
Conociendo a los "rey"es de la dehesa en la ganadería brava
Avanzamos en nuestro recorrido por la finca y nos acercamos con cautela a un grupo de toros adultos. Impresiona su tamaño y la fuerza que emanan de su imponente presencia. D. Miguel nos explica las diferentes capas (pelajes) que pueden presentar los toros bravos: cárdeno, negro, colorado, etc. También nos habla de su comportamiento social. Los toros viven en manadas jerarquizadas, lideradas por un macho dominante.
La visita ganaderia se convierte en un auténtico safari fotográfico. Capturamos imágenes de las reses pastando, descansando a la sombra de los árboles o enfrentándose en pequeños escarceos para establecer su dominio dentro de la manada.
Más allá del espectáculo: la importancia de la ganadería brava
Puede que te preguntes, ¿cuál es el futuro de la ganadería de toros en un mundo cada vez más sensible con el bienestar animal? La cría del toro de lidia va mucho más allá del espectáculo taurino. Como hemos visto, las dehesas son un ecosistema único que contribuye a la conservación de la biodiversidad y la prevención de incendios forestales. Además, la ganadería brava genera empleo en zonas rurales y preserva una tradición cultural arraigada en Andalucía.
En la actualidad, se están buscando alternativas para garantizar la sostenibilidad del sector. Algunas de estas iniciativas pasan por fomentar el turismo taurino responsable, como las visitas a las ganaderías, y por potenciar el consumo de carne de toro bravo, una carne de excelente calidad y sabor.
Una visita a la ganadería brava, un día inolvidable en la dehesa
Nuestro viaje por la ganadería brava llega a su fin. Regresamos a casa con una nueva perspectiva sobre este mundo apasionante. Hemos descubierto la importancia de la cría del toro bravo para la conservación del medio ambiente, la economía rural y la cultura taurina.
Pero más allá de eso, nos llevamos un recuerdo imborrable de la majestuosidad de estos animales y de la pasión de las personas que dedican su vida a su cuidado. Un día inolvidable en la dehesa que nos ha hecho sentirnos más conectados con nuestras raíces y con la naturaleza.